De: pablo hidalgo
MADRUGADA DEL SÁBADO 14 DE AGOSTO DE 2010 PARROQUIA LA MERCED Una fría y nublada madrugada la de hoy, pero eso no ha sido impedimento para los madrugadores, que en número de 14 se reúnen en comunidad "para alabar, agradecer, bendecir y adorar". Acompañados por la guitarra madrugadora de Patricio y dirigidos por Hermin, se inicia esta madrugada como es tradicional, cantando "Hemos llegado hasta aquí". En el inicio, Hermin recuerda a los mineros de Caldera, que ya están 1 semana atrapados. Oraciones de saludo y agradecimiento. Cantamos "El sueño imposible", y luego la oración de confianza. En el momento de las peticiones, pedimos por todos los enfermos, tanto propios como ajenos, por aquellos que otros nos han pedido que presentemos como intenciones al saber de estas reuniones en comunidad (por Bárbara, Viviana, Adolfo), para que ellos y sus familias no pierdan la fe en Dios en estos momentos, y que finalmente acepten que se haga la voluntad del Señor. Pedimos por los mineros atrapados en Caldera, para que puedan sentir que Dios está con ellos, para que no pierdan la esperanza. Por los matrimonios, para que no se pierda la armonía entre los esposos. Por las vocaciones sacerdotales y religiosas. Cantamos "Hoy Señor, me llamas tú". Llega el momento de la lectura del Evangelio del día, que está tomado de San Mateo 19,13-15. "Le trajeron entonces a unos niños para que les impusiera las manos y orara sobre ellos. Los discípulos los reprendieron, pero Jesús les dijo: "Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a mí, porque el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos". Y después de haberles impuesto las manos, se fue de allí." Palabra de Dios. Adolfo reflexiona a cerca de la inocencia de los niños, cómo uno quisiera, como adulto, saber qué están pensando, su vida es sin preocupaciones. Nosotros hemos perdido esa sensibilidad y sencillez. Los niños siempre creen. Pedro Angel: llegaremos al cielo (ojalá), con pobreza de espíritu, sin vanidad, orgullo ni ambiciones. En la vida tenemos que luchar permanentemente con orgullos, soberbia, todo lo que nos impide avanzar en el camino. Y tenemos que llegar como niños a ese encuentro, tal como lo dice Cristo, sabedores que allí nos espera todo lo mejor. Luis relata su experiencia con sus hijas, de cómo los adultos no nos damos que nuestras conductas y actitudes marcan un ejemplo hacia los niños. Enrique nos traslada al relato del evangelio, la gente está escuchando a Jesús, tratando de aprender, y llegan unas personas con niños para que Jesús los bendiga. Y eso provoca molestia en los que estaban allí. Los que llevaban a los niños iba con esperanza, para que fueran benditos, porque así tendrían una "ayudita" para seguir por el buen camino. Y los discípulos dicen "no", que se los lleven para otro lado. Los niños no van a entender lo que significaba una bendición, pero eso era importante para los que los traían. Esto debe hacernos pensar en nuestra actitud frente a los niños, pero somos nosotros los que también debemos llevarlos hacia Dios. En la época de Cristo, los niños, los enfermos y las mujeres eran despreciados, y Jesús dice que los dejen ir a Él, algo impensado y que iba "contra la corriente". Se reflexiona acerca de cómo estamos llamados a educar bien a los niños que están en nuestro entorno, y no recurrir a lo fácil o lo más cómodo para que nos dejen tranquilos. Carlos nos enriela de nuevo en la reflexión de la palabra. Tenemos que tener confianza en Dios, al punto de seguirlo cuando nos lo pide, por más que a nuestros ojos de adultos nos parezca descabellado. En cambio, los niños confían plenamente y saben que sus padres los van a cuidar. Con el tiempo nos creemos autónomos, como que podemos prescindir de Dios en nuestra vida, y Él nos llama a que volvamos los ojos hacia Él, que nos demos cuenta que tenemos que dejarnos llevar por el Señor en todo, nuestra vida, nuestros trabajos, Dios siente pena cuando nos ve autosuficientes. Todos tenemos algo de niños, y esa parte "infantil" es la que debemos tratar de cultivar. Está amaneciendo, la luz del sol está ganando terreno sobre la niebla que huye lentamente, aunque el aire sigue frío. Cantamos "Tres cosas tiene el amor", y luego las oraciones de confianza y la oración de la mañana. Antes del canto final, Enrique da lectura a una carta del párroco de La Merced, en la que se nos pide que como comunidad de madrugadores donemos un premio para el bingo que se realizará en octubre para reunir fondos para la reconstrucción del templo parroquial. El premio que nos piden donar es…..un refrigerador. Se suceden variados comentarios al respecto, que no es posible reproducir en este espacio. Además, recordamos que mañana domingo 15, a las 12 horas, estamos invitados a animar la misa en la capilla del colegio N. Sra. del Carmen, para lo que debemos juntarnos allí a las 11:45 (puntualmente). En la crónica del sábado pasado se adjuntó un mapa con la ubicación del colegio. Con el canto del "Himno de Maipú", terminamos la madrugada. Inmortalizamos el momento con la fotografía de rigor, y nos disponemos a compartir el frugal desayuno del madrugador. Antes de terminar esta crónica, se comunica que se acordó que el que no va a la misa de mañana,….compra el refrigerador!! |
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